Este periodo estuvo marcado
en parte por la agenda de la Administración Distrital y su interés para la
aprobación del Plan de Desarrollo y las propuestas de reforma institucional
para la creación de nuevas entidades. Por su parte, las sesiones de control
político y actividad normativa, se concentraron principalmente en temas de
movilidad, seguridad, infraestructura, salud y educación.
Se creería que el alcalde está bastante empeñado
en la infraestructura, incluso si le cuesta vender casi todo a los “privados” ,
por lo tanto la venta de EEB es
necesaria para recaudar recursos, en nuestra opinión, la venta es una mala
decisión, afecta una de las reservas más importantes de la ciudad, y si bien es
posible que mejore aspectos como la movilidad, está afectando la salud de los
ciudadanos; el “desarrollo” quizás sea más pensar en el futuro, y llenar los rincones
forestales con cemento que sólo promueve el espacio para la contaminación y la
vida insalubre de los Bogotanos.

Por otro lado, las políticas
desarrolladas a lo largo del semestre, si bien no todas fueron malas, cabe
rescatar que las políticas que se han desarrollado este semestre en su gran mayoría
se concentran mucho en la parte estética de la ciudad y el crecimiento
económico de las entidades privadas, mientras que dentro de la ciudad nos
encontramos con una brecha social que se extiende cada día por toda Bogotá. La
intervención de la olla del Bronx, el desplazamiento posterior de las personas
de la sexta con 30, entre otras cosas; parece como si no resolvieran el
problema, sino que lo transportaran a otro sitio. La coyuntura queda maltrecha,
puesto que nos encontramos con movimientos de privatización de las entidades
públicas y con políticas a medias.
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