sábado, 19 de mayo de 2018

¿Un posible cambio para el TransMilenio después de 18 años de operación?

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¿Un posible cambio para el TransMilenio después de 18 años de operación?


Bogotá es la propietaria de TransMilenio, y nosotros los ciudadanos somos un tipo de copropietarios de este, el sistema se mantiene a base de capital público y privado, y es el Distrito en conjunto con los operadores el encargado de cubrir los gastos de infraestructura, reparaciones y mantenimiento recursos públicos. Esta empresa lleva 18 años sirviendo a la ciudad, desde su apertura en el 2000, y nos atreveríamos a decir que en todo este tiempo los ciudadanos no hemos entendido el papel tan crucial que tienen estos buses que cada día recorren los 113 kilómetros de calle dispuestos para transportarnos.

En estos 18 años que han transcurrido la flota de buses se ha renovado muy pocas veces, y la mayoría de los que operan en este momento se acercan al millón de kilómetros, esto se traduciría a que han estado operando por casi 10 años, cosa que vista objetivamente significa un gran peligro para la integridad de los ciudadanos, esta preocupación ha crecido lo suficiente como para llegar hasta los ojos del Concejo de Bogotá. Este miércoles 25 de abril en la plenaria del Concejo de Bogotá la concejal Angela Garzón hizo una licitación para la renovación de la flota de Transmilenio, cosa que parece un poco tardía teniendo en cuenta todo el tiempo que este servicio lleva en operación, pero a nuestro parecer, la iniciativa de la concejal es bastante buena y sería un paso en la dirección correcta para llegar a la tan deseada Bogotá mejor para todos. Tengamos en cuenta que esta iniciativa no es algo nuevo, en 2013 también se había pasado una licitación al Concejo de Bogotá con el propósito de cambiar la flota de TransMilenio, y el gerente para el momento de dicha empresa prometió que iba a hacer la renovación de los buses, aunque como muchas cosas más esto quedó en sólo palabras.

A pesar de que creemos que esta una gran iniciativa hemos encontrado ciertas falencias en los argumentos Angela Garzón presenta como cruciales para comenzar con el cambio. Vemos que ha fundamentado su petición en la premisa de las emisiones de fuentes contaminantes, pero después de una análisis de los datos presentados vemos que estas emisiones han pasado de 2.60% a 9.80% en un tramo de 6 años, entre 2006 y 2010, este 7.20% de aumento no representa gran cosa cuando se mira a los demás emisores, en donde nada más los camiones ocupan el 43.60% de esta emisiones, y por otro lado el transporte público colectivo, los camperos y las camionetas tienen el 23.75%.

La motivación de este cambio no debe ser el cambio de la calidad del aire, la propuesta de la concejal es bastante buena, pero creemos que, si orientara este cambio hacia el mejoramiento de la calidad de vida de los bogotanos, con variables como comodidad, seguridad y último, pero no menos importante una mejora en la calidad del aire que incide en directamente en la salud de los ciudadanos. La cuestión no es traer parecernos a Europa con buses de “tecnología Euro VI” -cosa que también se menciona en el discurso de la concejal- necesitamos una solución para Bogotá y sus habitantes, sostenible y que se acomode al contexto y las necesidades de la ciudad.

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